Como agua entre las manos...

El tiempo se escapa... cuando me dedico a estar conmigo como últimamente, me pongo a pensar. Y eso no es bueno.

Tantas cosas, tantas emociones, noches, fiestas, música, bailar hasta desfallecer como anoche, a cielo abierto y de cara a las nubes, porque me faltan las estrellas.

Soy tan yo y no puedo ser de otra manera, hay tantas cosas que son mi sello y no las había notado. Mi manera de bailar, de reír, de hablar son inconfundibles. Posturas, gestos, expresiones que hasta hoy no he visto en nadie, aún no encuentro mi reflejo en esos ojos...

Me percibo tan ajena, tan distante y tan distinta al mundo que me rodea, encuentro ojos en mi a cada paso para asomarme a ellos y descubrir solamente el inconfundible destello de una curiosidad mal disimulada. Y a veces no me doy cuenta de lo difícil que resulta mi lógica torcida, mis desvaríos multicolores. El absurdo producto de todas mis piezas al unirse.
Estrafalaria, ecléctica, inadecuada, incorrecta, inasequible...maniática, estúpida, neurótica, soñadora habitante del espacio, extrovertida y dolorosamente tímida, verborreica, inconstante, inconciente, incoherente... una perfecta demente.

Y aún no encuentro a donde voy, parezco flotar en el espacio, lejos de todo cuanto me rodea. ¿Estás ahí? Devuélveme al suelo con los pies descalzos.

A través de las grietas se alcanza a ver, a través de las ventanas me descubres. Es evidente todo cuanto soy a falta de inútiles esfuerzos por ocultarlo. No me importa, aunque siempre esté fuera de lugar.

Y esto es lo que hay... ¿dime?

La ruta no está trazada, sigo dando golpes en los muros y abusando de todo lo que lleva fuego. No sé a donde voy y cada vez me entiendo menos, pero no te quepa duda quien soy. Soy yo, y hacía demasiado que no me veía con mis ojos sino a través de los suyos...había olvidado ser para mi y no parte de ti... Y ahora estoy de vuelta. Regresé.

El tiempo corre vertiginosamente, gasto preciosos segundos en escribir sin reparar en que hay cosas más importantes que hacer. O no.

El tiempo se escapa, pero esta vez es MI tiempo. Mío, como toda yo... y me rehúso a volver a convertirme en pertenencia, en rareza, en objeto de colección.

A los ojos... cuéntame...