Vocecita
La gotita necia que emula la lluvia que quería escuchar.
Los amigos que te llaman a medianoche para decirte que te extrañan, aunque seas berrinchuda, depresiva e inconstante.
El abrazo de una madre sustituta y las voces familiares que están lejos y esperan siempre que estés bien.
Recuerdos preciosos de aquella que solía ser.
Más lágrimas que caen intentando convencerte que mañana el sol las secará.
La imagen que te devuelve el espejo, sutil y melancólica belleza.
Los ojos del que siempre me mira.
Mis manos tatuadas a fuego y llanto, recordándome que podría ser peor.
La vieja fortaleza, que creía perdida, abriéndose paso desde algún escondido lugar en el corazón.
La canción que sigo, sin dejar de maravillarme al poder escuchar mi voz.
Pequeños detalles que hacen de la soledad una mera presencia (¿o era ausencia?) soportable. La esperanza hecha girones se niega a morir aún cuando hacemos lo posible por extinguirla. El amor en cualquiera de sus formas insiste aún cuando corremos en dirección opuesta.
Aunque me hagas falta, aunque haya agotado mis fuerzas buscándote donde no estabas, llamándote sin voz y llenando mis noches del vacío de ti. De tu ausencia.
Sigo aferrada a ti, a la idea de que algún día llegues para quedarte. Y quizá sea tiempo de dejarte ir, aún antes de que la luz ilumine tu rostro.
Justo ahora que nada tengo, pero nada me falta.
Voy a dormir, a esperar que llegue el sueño. A esperar que estés ahí cuando despierte, mañana o después.
La cuenta regresiva se detuvo.
Seguiremos esperando...
Los amigos que te llaman a medianoche para decirte que te extrañan, aunque seas berrinchuda, depresiva e inconstante.
El abrazo de una madre sustituta y las voces familiares que están lejos y esperan siempre que estés bien.
Recuerdos preciosos de aquella que solía ser.
Más lágrimas que caen intentando convencerte que mañana el sol las secará.
La imagen que te devuelve el espejo, sutil y melancólica belleza.
Los ojos del que siempre me mira.
Mis manos tatuadas a fuego y llanto, recordándome que podría ser peor.
La vieja fortaleza, que creía perdida, abriéndose paso desde algún escondido lugar en el corazón.
La canción que sigo, sin dejar de maravillarme al poder escuchar mi voz.
Pequeños detalles que hacen de la soledad una mera presencia (¿o era ausencia?) soportable. La esperanza hecha girones se niega a morir aún cuando hacemos lo posible por extinguirla. El amor en cualquiera de sus formas insiste aún cuando corremos en dirección opuesta.
Aunque me hagas falta, aunque haya agotado mis fuerzas buscándote donde no estabas, llamándote sin voz y llenando mis noches del vacío de ti. De tu ausencia.
Sigo aferrada a ti, a la idea de que algún día llegues para quedarte. Y quizá sea tiempo de dejarte ir, aún antes de que la luz ilumine tu rostro.
Justo ahora que nada tengo, pero nada me falta.
Voy a dormir, a esperar que llegue el sueño. A esperar que estés ahí cuando despierte, mañana o después.
La cuenta regresiva se detuvo.
Seguiremos esperando...
2 Comments:
Algo que me agrada de ti es la anoranza que sientes por tus familiares, mira, yo tengo ya cinco años alejado de mi madre y hermanos, a mis hermanos hace poco los vi, exactamente en diciembre, pero a mi mama si tengo cinco años sin verla, y la verdad no la extraño... a veces soy muy insensible.
espero que a ese que esperas aparesca pronto
Es extraño, no los extraño como todos los días, supongo que es porque tarde o temprano te acostumbras, lo que me pasa es que siento que tuve muy poco tiempo para conocerlos, a pesar de vivir bajo el mismo techo... no sé, como que la distancia me ha hecho reconsiderar el afecto...o algo así.
Publicar un comentario
<< Home