sábado, mayo 06, 2006

Noche

Es curioso cuando puedes ver con tus propios ojos como todo se derrumba a tu alrededor. Cuando ya no sabes quien eres ni que quieres, el mundo se ríe en tu cara y no encuentras razón para tanta tristeza, para tanto vacío. Cuando pides a gritos compañía, pero te niegas a caminar entre la multitud, cuando a pesar de ver a cuantos te rodean no encuentras más que soledad.

Es curioso como de repente pierdes el rumbo, el motivo para levantarte y sonreír. Cuando ríes de todo y sin embargo en el fondo de ti la sonrisa te hace más triste cuanto más falsa se vuelve.

Y todo lo que necesitas es un abrazo. Y todo lo que necesitas es saber que estarás bien. Y levantas al cielo los mismos ojos llenos de lágrimas, que fluyen por lo mismo de siempre. Y gritas la misma plegaria, para encontrarte con las manos vacías y el corazón aún más roto. Recibes siempre la nada a cambio de tus sueños.

Sabes que no estás bien, lo atestiguan tu voz, tu sonrisa rota y las huellas que va dejando tu tristeza. Pero te niegas a salir. Te encierras a contar las gotas de lluvia que desearías ver caer. A contar tus lágrimas y tu abandono.

Es eso, el mundo se derrumba cuando explotas, cuando te das cuenta de que ya no tienes nada, de que te has abandonado persiguiendo un sueño que no llegará. Tú te has abandonado, y quisieras ver llegar el sueño profundo porque te has visto desde fuera, puedes ver como a cada lágrima una parte de ti cae al suelo y se desvanece. Te has abandonado y empiezas a desaparecer, a irte cada vez más lejos, lentamente, gota a gota. Y no quieres quedarte para verlo.

Voy a dormir.

Di que no insistan, que he salido...




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