Lo que no digo
No sé por donde empezar, a veces me faltan las palabras; a decir verdad las palabras en si nunca faltan, las palabras correctas son las que me hacen lamentar su ausencia...
Sí, así soy yo, tienes razón cuando me calificas de parca y en ocasiones un tanto brusca, sé que no es fácil entender lo que escondo tras acertijos y palabras que muchas veces no forman frases tran atinadas o claras como debieran.
Pero no te confundas, que mi parquedad habitual no es sinónimo de indiferencia...y aunque realmente quisiera poder decirte aquemarropa más de una verdad que te dejaría en silencio, algo dentro de mi, quizá la huella del tiempo, me dice que es más seguro no cruzar a la otra orilla, allá donde los labios enuncian sin conflicto lo que antes pesara dentro, lo que encontrase refugio solo en páginas interminables que no habrás de leer.
No esperes a escucharlo de mi voz, por ahora los labios permanecerán mudos; pero si pones un poco de atención, si me miras con cautela podrás darte cuenta de que mi voz es más dulce al pronunciar tu nombre, al hablar contigo hasta de las cosas más pequeñas. Notarás que una sonrisa ocupa mis ojos cuando te veo llegar, que un suspiro asoma a cada momento de nuestra pequeña rutina. Verás que cierto es, que a pesar de todo, me delatan siempre el temblor de las manos y la mirada pendiente de un hilo tras de ti.
Estarás tranquilo entonces, amigo, al saber que sí...te quiero...con toda certeza más de lo que imaginas y muy probablemente más de lo que debiera.
Sí, así soy yo, tienes razón cuando me calificas de parca y en ocasiones un tanto brusca, sé que no es fácil entender lo que escondo tras acertijos y palabras que muchas veces no forman frases tran atinadas o claras como debieran.
Pero no te confundas, que mi parquedad habitual no es sinónimo de indiferencia...y aunque realmente quisiera poder decirte aquemarropa más de una verdad que te dejaría en silencio, algo dentro de mi, quizá la huella del tiempo, me dice que es más seguro no cruzar a la otra orilla, allá donde los labios enuncian sin conflicto lo que antes pesara dentro, lo que encontrase refugio solo en páginas interminables que no habrás de leer.
No esperes a escucharlo de mi voz, por ahora los labios permanecerán mudos; pero si pones un poco de atención, si me miras con cautela podrás darte cuenta de que mi voz es más dulce al pronunciar tu nombre, al hablar contigo hasta de las cosas más pequeñas. Notarás que una sonrisa ocupa mis ojos cuando te veo llegar, que un suspiro asoma a cada momento de nuestra pequeña rutina. Verás que cierto es, que a pesar de todo, me delatan siempre el temblor de las manos y la mirada pendiente de un hilo tras de ti.
Estarás tranquilo entonces, amigo, al saber que sí...te quiero...con toda certeza más de lo que imaginas y muy probablemente más de lo que debiera.
1 Comments:
q bonito...
(como siempre!)
ay siiii, yo tb quiero decir un par de verdades...
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