Her wounds came from the same source as her power
La frase en el techo de su habitación. Despierta. Siete heridas en su mano izquierda la miraban fijamente. Lo buscó a su alrededor y él no está, se ha marchado. No se escuchan sus pasos por la casa. Se ha marchado una vez más....y para siempre.
Aquella noche Él le suplicó: Satura mi oído con tu voz, era más una orden que un deseo. Cantó, leyó versos, le dijo mil veces que lo amaba, con gritos que poco a poco se conviertieron en susurros. Se quedó sin voz. El la calló por siempre con un beso. Estallido. Intenta hablar y no puede. El se fué.
Mira sus manos, Él, a cambio, le hizo un regalo. El fuego. Con hierro candente tatuadas 7 heridas, Ella no protestó, su voz no alcanza, no fueron suficientes lágrimas en sus ojos. Sin alas, no logró retenerlo.
7 heridas mirandola desde su mano izquierda, recuerdo permanente de aquello que no fué. Las heridas llegaron, la fuente no está mas. Las heridas cierran y vuelven a abrirse y cada vez una nueva herida. Siempre son 7. Ya no está, se volvió cenizas que Ella sepultó en su jardín. Un hombre ajeno la acaricia lentamente. Ella no puede cantar, no puede reír. Se ha llevado su voz y ha dejado 7 heridas que no cicatrizan. Lo mira fijamente como queriendo encontrarlo parecido al que no vuelve más. Imposible. Se desgarra, se desangra. Escribe palabras sin sentido que no conducen a ninguna parte. Líneas que no se encuentran, como manos que se alejan en la obscuridad.
Her wounds, lee, no hay más que las 7 heridas en su mano izquierda que parecen gritarle que ya no está. No hay puertas ni ventanas. Muda, no se atreve a saltar. El fuego se extingue, no puede, no puede. Canta como si no pasara nada. Es tarde, es noche. Sin voz, te es imposible llorar. No hay más. Nada pasa. Silencio y nada. Noche. Tú.
Aquella noche Él le suplicó: Satura mi oído con tu voz, era más una orden que un deseo. Cantó, leyó versos, le dijo mil veces que lo amaba, con gritos que poco a poco se conviertieron en susurros. Se quedó sin voz. El la calló por siempre con un beso. Estallido. Intenta hablar y no puede. El se fué.
Mira sus manos, Él, a cambio, le hizo un regalo. El fuego. Con hierro candente tatuadas 7 heridas, Ella no protestó, su voz no alcanza, no fueron suficientes lágrimas en sus ojos. Sin alas, no logró retenerlo.
7 heridas mirandola desde su mano izquierda, recuerdo permanente de aquello que no fué. Las heridas llegaron, la fuente no está mas. Las heridas cierran y vuelven a abrirse y cada vez una nueva herida. Siempre son 7. Ya no está, se volvió cenizas que Ella sepultó en su jardín. Un hombre ajeno la acaricia lentamente. Ella no puede cantar, no puede reír. Se ha llevado su voz y ha dejado 7 heridas que no cicatrizan. Lo mira fijamente como queriendo encontrarlo parecido al que no vuelve más. Imposible. Se desgarra, se desangra. Escribe palabras sin sentido que no conducen a ninguna parte. Líneas que no se encuentran, como manos que se alejan en la obscuridad.
Her wounds, lee, no hay más que las 7 heridas en su mano izquierda que parecen gritarle que ya no está. No hay puertas ni ventanas. Muda, no se atreve a saltar. El fuego se extingue, no puede, no puede. Canta como si no pasara nada. Es tarde, es noche. Sin voz, te es imposible llorar. No hay más. Nada pasa. Silencio y nada. Noche. Tú.
2 Comments:
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
ya tenia ganas de volver a leerte...
:)
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