Año 1= Post #100

Hoy, hace apenas unos minutitos, Desvelos y Desvaríos cumplió su primer año de vida.

Hace un año que, sin tener nada que hacer, decidí empezar a escribir aquí. Al principio no sabía porqué ni para que quería ésto, simplemente tenía demasiado papel acumulado y me pareció más práctico mover todo acá; creía que iba a ser cuestión de tiempo y que en algún momento se iba a quedar estático, a falta de cosas que contar.

La sorpresa vino después, cuando descubrí que no solo tenía mucho que decir(a las pruebas me remito, el acúmulo de papel sigue estando en el mismo lugar), sino que por ahí llegaba gente a leer e incluso a comentar los desvaríos producto de ésta cabecita loca.

Éste lugarcito se ha vuelto tan importante para mi... aquí he escrito con una sonrisa enorme; he llorado mientras tecleo por situaciones que después, pasada la tormenta y vuelto a leer, no parecieron tan tristes como creía; me he desgarrado más de una vez y también mas de una vez he escrito cosas de mi que quienes me ven a diario ni siquiera sospechan.
La razón es bien sencilla, es mucho más fácil dejar la ventana abierta que salir al mundo y dar la cara. A lo largo de éste año he descubierto que el ser humano es una creaturita por demás extraña y contradictoria (por lo menos, yo lo soy). Por un lado escondiéndose de todo y por el otro, dejando que cualquiera que así lo desee venga a echar un vistazo a lo que siento, que es lo que más me cuesta trabajo mostrar en el día a día.

Desde acá, mi gratitud a quienes se han detenido al pasar por aquí, a quienes se han quedado a escuchar ésta voz que finalmente si tenía algo que contar(quien lo diría). A quienes incluso han respondido con palabras amables, de consuelo cuando fueron necesarias y que sin saberlo hicieron mejor mi día por el simple hecho de tomarse la molestia de comentar.

Por compartir el llanto, la decepción, la tristeza, las risas y mis boberías, por contestar a cuanta pregunta exótica venía a mi mente. Porque aún sin haberme visto nunca, saben más de mi que lo que yo misma creía que había por descubrir... por aguantar los kilométricos textos producto de mi insomnio y alguno que otro extraño presentimiento o sueño loco.

Ochocientos millones de gracias.

Y bueno, ésto sigue, después de todo sigo creyendo que las palabras son más que letritas agrupadas que eventualmente pierden todo sentido, pues en este caso y para quienes leen son mi rostro, mis manos, mis ojos y mi voz lo que pueden percibir a través de cuanto hay aquí.

Seguiremos esperando... y de nuevo mil gracias a los que a lo largo de éste primer año han dejado su huella por acá. Un abrazo a todos.

(Y con ésto empezamos, hace un añito ya)
Sigues ahí, te he guardado donde nadie pueda verte...
Pero una palabra tuya, pronunciada con firme ternura, bastará para hacerme regresar a tus brazos, a donde espero siga siendo mi lugar.

Y seguimos...