viernes, junio 16, 2006

Confusión en movimiento

Finales tristes, finales felices. Los círculos se cierran tarde o temprano, despedidas temporales que una vez más son inevitables ante ésta manía de cambiar constantemente de lugar, de buscar nuevos rostros y voces. Finales, finales finales.

Y justo ahora que empezaba a acostumbrarme a ti, el tiempo nos alcanzó y es hasta pronto de nuevo. Es empezar otra vez con el juego de te extraño y el silencio. Por miles de minutos que ahora se me antojan eternos, me quedo sin ti, te dejo mi ausencia por compañera...
Ése lugar junto a tus manos que se volverá vacío cuando vayas caminando y yo no esté. Éste lugar frente a mis ojos que es un punto indefinido en el espacio ahora que no puedo verte sin cerrarlos. Duelen desde el momento en que nos dijimos adios con las manos desde lejos.

Empieza el juego de te extraño y el silencio...

Escaleras, luces, espejos, largas noches. Y tú.

Cuando regrese, quién sabe que habrá pasado con todo ésto que aún no sabemos cómo llamarle. Quién sabe si entonces dejaremos de huir. Si perderemos el miedo a quedarnos solos en el mismo barco, a quemar naves y aceptar que todo cuanto tenemos está esperando ser descubierto...

No sabemos. Por ahora, intentemos guardar silencio.


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