Sigues ahí...
Sigues ahí, te he guardado donde nadie pueda verte...
Pero una palabra tuya, pronunciada con firme ternura, bastará para hacerme regresar a tus brazos, a donde espero siga siendo mi lugar.
He de refugiarme en el abrazo seguro, en la sutil protección de las manos que se tienden ante mi, sin afán de poseer, sin más pretensión que compartir...
He de encontrar quietud en la serena sonrisa de quien me ofrece compañía.
No más anhelar al ausente; es preciso amar a quien con sencillez, se planta hoy frente a mis ojos.
Pero una palabra tuya, pronunciada con firme ternura, bastará para hacerme regresar a tus brazos, a donde espero siga siendo mi lugar.
He de refugiarme en el abrazo seguro, en la sutil protección de las manos que se tienden ante mi, sin afán de poseer, sin más pretensión que compartir...
He de encontrar quietud en la serena sonrisa de quien me ofrece compañía.
No más anhelar al ausente; es preciso amar a quien con sencillez, se planta hoy frente a mis ojos.
1 Comments:
A veces los cuerpos buscan abrazos, yo soy como un imán, detrás de unos brazos que se enreden en mi cuerpo. Las palabras, sí, hieren, pero cuando deciden sanar, lo hacen de una manera tan poderosa. Saludos
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